Los Ciclos

La Nada y la Existencia

La Nada y la Existencia son parte de un ciclo que se reinicia… ¡quién sabe cuándo! No sabemos en cuál estamos ahora. Debe ser el ciclo de la existencia porque las cosas duran un tiempo y la gente se muere. Pero no tenemos certeza absoluta, es lo que vemos. En la Nada sin tiempo, todo es eterno y nada existe. Eso es desesperante. Para no tener que soportar la odiosa eternidad, nada mejor que existir…, pero también es agotador. Necesitamos el fin, la muerte, la desaparición, el reloj, el recuerdo. En fin, nunca estamos conformes.

Los ciclos comienzan en el Big Bang, regresan al origen y todo vuelve a empezar de otra manera. Tampoco se trata de ciclos desordenados a la buena de Dios. Una infinidad de ellos son parte del gran ciclo infinito del cosmos. Van de menor a mayor. Explosión e implosión. La vida de un insecto es una reproducción en miniatura del ciclo cósmico. Nace y se expande. Muere y se contrae. Vuelve al punto cero y empieza de nuevo. La mosca y el Universo. Lo eterno y lo efímero. El sol, el agua y el carbono…

La Vida y la Muerte

La vida y la muerte no pueden ser eventos simples que existen por sí mismas. Forman parte de algo más importante, el ciclo de la energía. La muerte solo es un cambio de seres vivientes. No mueren todos a la vez. Unos se van y otros ingresan, es un ciclo. Si no fuera así, entonces moriríamos de verdad, el ciclo se detendría y la Tierra ya no sería azul.

La degradación del cuerpo y su largo reciclaje, inspira fantásticas ilusiones sobre las otras vidas que nos aguardan después de ésta. Esa es la realidad de la especie. Pero la de los individuos es otra. La otra vida es para la especie, los individuos mueren definitivamente. El tiempo ya no se interesa en ellos. Solo una hormiga por vez, un león o un humano por vez. El próximo cuerpo estará formado por los mismos elementos orgánicos, pero lo emocional, lo que hace único a un individuo, eso no se recicla. En las excavaciones arqueológicas jamás se encontraron emociones. Solo oro, huesos y polvo. Ni odio ni amor.

"Creemos estar en el ciclo de la existencia pero no hay una forma cierta de saberlo. Ni siquiera el tiempo nos da esa seguridad."

Los Ciclos del Cuerpo

Somos parte de un mecanismo demasiado grande y complejo para entenderlo. Para peor, todo está relacionado y nunca llegamos a conclusiones. Una nueva y más diminuta partícula aparece detrás de otra. ¿Nunca sabremos qué cosa es una estrella? Existir puede ser algo distinto a lo que creemos. El tiempo solo indica que podemos estar existiendo.

En nuestro propio cuerpo tenemos ciclos, de la sangre, del oxigeno, de la mierda… Sucesivamente, todo se envenena y purifica. Los opuestos se juntan. Llega uno y sale otro. La angustia y el placer son parte de un ciclo. El bien y el mal, el odio y el amor, el regodeo y el dolor. Uno deriva del otro. Aparecen los cambios y mutaciones. La realidad es un ciclo completo y nunca una parte. La Naturaleza se mueve por ciclos.

Lo del agua, la sangre y el carbono se repite en el cosmos. Nada se pierde todo se transforma. Lo pequeño se agranda y lo grande se achica. Las galaxias se destruyen y se forman otras. El placer intenso se vuelve dolor y el dolor desgarrador se vuelve placer… Si algo finalizara de verdad y un ciclo se interrumpe, nos veríamos en un lío. No habría límites. ¿Cuál sería en tal caso el del dolor? ¿Se puede amar o gozar indefinidamente? ¿Dejar de morir? Todo debe reciclarse. No existe un punto inicial ni uno final, sino un ciclo de transformaciones. Si una pícara criatura consigue engañar a la muerte y emprende el ciclo de regreso, se encontrará con que debe volver a nacer. Tendrá dos vidas y dos conciencias. Mejor morir y hacer las cosas como Dios manda.

El Gran Ciclo

Pero la existencia también es insoportable y el ciclo vuelve a la Nada. El Universo se recicla. Explota otra vez, se expande de nuevo y vuelve a crear el espacio. Pero no será el mismo. No estaremos nosotros. En la Naturaleza todo se reduce a ir y volver, pero el espacio, la distancia, no se recicla. No sabemos cuál es el origen y cual el final. Creemos que el Big Bang es un origen, pero también puede ser el final. Así pasan los milenios, las galaxias, los soles y estrellas, dinosaurios y hombres… yendo y viniendo del ser a la nada. Todo es un trayecto entre opuestos. Del placer al dolor, de la vida a la muerte. En este devenir de la Naturaleza todo sucede y vuelve a suceder, pero nada se repite. Los ciclos se continúan, uno dentro del otro, como matrioskas rusas. El Gran Ciclo no terminamos de conocerlo aún. Ni siquiera empezamos.

Los individuos están vivos. Solo un hombre por vez…, un dinosaurio o una hormiga por vez. Todo sentido que queramos encontrarle a la vida es siempre individual… Las hormigas, solo existen como individuos, cada una por vez, aunque sean millones.

La Velocidad de la Destrucción

Quizás, en un tiempo futuro el conocimiento humano podrá intervenir en estos ciclos de la materia, corregirlos y guiarlos de regreso a la Nada… a una velocidad menor. La lentitud de la materia en destruirse estiraría nuestra propia destrucción, la ansiedad sería menor y la vida más placentera. Una gran obra humana. La rapidez con que nos estamos muriendo acrecienta la desesperación. No se trata de detener el tiempo, solo que fluya más despacio. Que no se expanda tan velozmente. Que nuestras células no se apresuren tanto en envejecer. Disminuir la velocidad de nuestra propia destrucción es una tarea utópica…, por ahora.

La desesperación de la materia inerte es ínfima debido a la lentitud de su destrucción, por más que su velocidad de movimiento sea mayor. No queda otra opción en un espacio inconmensurable. En cambio la materia viva, a pesar de su menor velocidad, se destruye muy rápidamente. Las distancias son tan pequeñas como la vida.

La Felicidad y La Matrix

En lo que al hombre se refiere su opción es la felicidad, la única puerta abierta. Hemos hecho del dinero y el poder el objeto primordial de nuestra existencia. Hacemos lo mismo que sucede en la Naturaleza, pero civilizadamente. Nos sentimos poderosos y superiores al resto, pero igual nos morimos sin poder afirmar que hemos sido felices o que lo hayamos intentado o que nuestras emociones más íntimas nos hayan dejado un recuerdo de felicidad. Tenemos dinero, pero estamos enfermos, tomamos ansiolíticos pero no perdemos la ansiedad, nos rodeamos de gurúes y profetas variopintos, buscamos la verdad dentro del engaño, nos quejamos del poder establecido, pero no dejamos de actuar en el mismo escenario. La Matrix nos tiene tan domesticados que no podemos elegir nuestro camino. Ni bien salimos a la calle nos vemos rodeados de instrucciones, que hacer, que comprar y a quién votar. Nunca salimos del parvulario.

"Todo aquello, que según dicen en La Tierra es la felicidad, tiene relación con el dinero. ¿Es realmente así o somos parte de un carrusel de consumidores?"

La Tierra Rebelde

¿Necesitamos consumir bienes para ser felices? El quehacer humano sobre la Tierra crea actividad económica, pero el trabajo está mejor repartido que sus beneficios. Todos trabajan y no todos lo disfrutan de la misma manera. Unos obtienen desmesurados beneficios en detrimento de otros. ¿Eso vale una vida humana? ¿Eso es felicidad? ¿O es otra jugarreta de La Matrix?

La Tierra desarrolló la vida en su seno con la secreta esperanza de perpetuarse. Es el planeta rebelde que no quiere volver a la Nada. Confía en una especie inteligente cuya arma fundamental es la manzana. Morder manzanas es como decir ¡Existo y hago lo que quiero…! Parece difícil encontrar otras formas de vida en el cosmos. Nos ha tocado el premio máximo en la lotería del Universo. Es más probable que la humanidad se extienda más allá de sus fronteras naturales y conquiste otros planetas. En el establishment del cosmos somos los insurrectos, los que incordian el orden universal y pretenden modificar la Naturaleza. Nadie se lava las manos por un planeta que pretende independizarse del orden universal. No obstante, la Tierra espera que el cúmulo de criaturas que en ella habitan, le garanticen su propia existencia.

Hay algo, que excede nuestro entendimiento. Todos se alejan de todos. Podemos hablar de una conducta de las partículas. Hasta de una materia emocional. Los ciclos en que se agita la existencia deben estar tan cerca del infinito que se confunden con la certeza absoluta. Su desconfianza, momentáneamente en equilibrio con la de la Nada, explotará cuando el nuevo ciclo se reinicie. Aparecerá entonces una antigua cuestión ¿Ser o no ser?

El terrorismo es un sistema de poder como cualquier otro. Nadie lo vota, pero se sienta en la mesa de La Matrix y participa de las negociaciones. Solamente son excluidos de La Matrix los no depredadores. El pueblo, por ejemplo.