Religión y Familia

"¡Qué suerte! Dije cuando supe la realidad, luego de vivir engañado desde niño… puedo hacer lo que quiera y Dios no me ve."

La Naturaleza de Dios

Obedeced a Dios!, dicen los religiosos…, como si él supiera lo que hay que hacer.

¿Dios sufre..? Dicen que nos ama. Si ama debe sufrir también; pero no muestra ni una cosa ni la otra. Parece desprovisto de la angustia del hombre, pero sabe de su presencia. Sabe de la desesperación humana, pero le es ajena. No hace nada. Carece de conducta. Se la pasa contemplando el Universo. No se interesa por la desesperación del hombre, pero sí por sus pecados. Tampoco se muere…, pero nosotros sí. ¿Necesitamos realmente semejante Dios?

Cuando la sangre derramada es mucha cantidad, los orgullosos humanos se pasean sobre ella. Quienes predican no matar a uno; predican matar a unos cuantos. Si matas a uno solo Dios te castiga. Si matas a muchos te premia con la victoria. Un muerto nos acongoja, muchos muertos nos alegran: hemos vencido.

El Ser Superior

Al preguntarle a una persona desconocida si es religiosa… suele responder más o menos así: No soy religioso, pero creo en la existencia de un ser superior. ¿Por qué el humano cree imprescindible la presencia de un ser superior? ¿No somos los primeros en la escala biológica de la Tierra? ¿No basta con el mismo humano? Quizás se sienta inferior porque durante siglos ha sido educado como tal.

La existencia de Dios sin el hombre sería insípida y aburrida. Ningún animal salvaje lo conoce. En caso de verlo, a lo sumo se preguntarían si es comestible. Ni él mismo sabría que es Dios si no estuviera el hombre, el único que le rinde culto. En medio de tanta soledad perdería todo vestigio de identidad y terminaría dando vueltas alrededor de alguna cosa más grande.

La Familia Cristiana

El cristianismo muestra la imagen de un Dios padre ceñudo e irascible. Sus castigos son tremendos. Nunca está desnudo, pero su apariencia vigorosa y su fiera mirada inducen la presencia de un pene enorme y poderoso. Así se imagina uno el de su propio padre. Pero no sabemos si Dios, o alguno de su familia, lo tienen. Papá sí.

La pérdida de la identidad con nuestros padres es otra gracia que le debemos al cristianismo. La familia cristiana, la que vemos por las calles, es tal cual la representan en la mitología. Un padre impotente envía a su obediente hijo a morir por sus errores. Una mujer asexuada y sometida a los deseos de su señor, tal como manda la Biblia. Sabe parir pero no concebir. Un hijo que no ignora los calores del sexo, pero no se atreve a mirar su entrepierna, temeroso de no encontrar nada.

"El ángel de la guarda es otro mito del catolicismo con que engañan a los niños. Este ángel es como la policía. No te protege a ti, protege al poder."

El Bien y el Mal

Las ofertas de ayuda espiritual son abundantes. No hay que confiar en alimañas religiosas que brindan protección. Son cazadores de incautos, lavadores de cerebros. Os quitarán el placer. Amparados bajo imágenes de ángeles guardianes te identifican y rotulan. Las religiones son una organización policíaca que controla la intimidad de las personas. Sirven a La Matrix.

La belleza del cuerpo no está bien vista por la moral cristiana. Según la Biblia, Caín mató a su hermano Abel por ser bello. ¡Qué malvado era Caín…! Pero la moraleja es otra…, mira lo que pasa por ser sano y hermoso.

Los Hermanos

La mayoría de las relaciones en la vida son circunstanciales. La de los padres con los hijos tiende a la independencia. La relación con la pareja apunta al futuro. La relación entre hermanos dura toda la vida. Solo los hermanos escriben juntos la historia. Gracias al cristianismo esta relación está severamente afectada. Como todas en las que ha intervenido. El cristianismo pone en duda todo lo humano. En una familia cristiana nadie es digno de crédito.

La Religiosidad Natural

La religiosidad estaba presente en los seres vivos mucho antes de que apareciera Dios. Es el instinto de la conducta. De una célula o de un organismo completo. ¿Existir? De acuerdo…, pero ¿qué hacer? Vivir es hacer algo, alimentarse, defecar, cazar elefantes, defenderse, mirar el sol, la luna y las estrellas, curar enfermedades, procrear, comer carne, pescar, escribir un libro, sentir la fragilidad de las cosas… Ese conjunto de actividades forman una conducta propia de cada especie, una religiosidad.

Al viejo instinto de la conducta, la astucia del hombre le agregó una serie de fantasías, una liturgia de mitos y solemnidades que pasó a ser un factor de poder. Dios da las órdenes. El hombre solo lo representa. De esa manera fueron dictadas otras conductas. Todas las religiones lo hacen. Permiten o prohíben algo. ¿No es maravilloso? Solo una inteligencia tan aguda como la humana ha podido diseñar semejante fantasía y que además ¡Funciona…!

La Infancia

Nos ocupamos de los derechos de la infancia e incluso, creado una organización internacional para defenderlos, pero cerramos los ojos ante la imposición por medios terroríficos de ideas religiosas en la mente de los niños. La religión es cosa de adultos. Que cada uno elija la que más le guste. Somos expertos en hacer niños felices… y adultos angustiados.

De las escuelas religiosas salen futuros líderes de la humanidad. Aplicarán las mismas represiones que les aplicaron a ellos. Pero algunos individuos sobreviven a este aplastamiento.

"¿Han visto en una siderurgia como funciona un tren de laminación de hierro? Es como una escuela. El sólido bloque de metal está al rojo vivo y es muy maleable (un niño). Va pasando por rodillos de distintos espesores hasta quedar reducido a una fina chapa delgada, débil y maleable (un adulto)."

Los Libros Sagrados

La lectura de los libros religiosos, considerados sagrados, es muy útil. Son un compendio de la realidad del hombre y sus conductas. Nadie describe mejor la naturaleza humana. Saben de sus pasiones, contradicciones, vicios y virtudes. Los dichos bíblicos están sustentados en conductas humanas. Dios va apareciendo a medida que el texto reclama una intervención fantástica.

Lo religioso pertenece al hombre y no a Dios, aunque parezca lo contrario. Es muy bueno estudiar las normas religiosas y hacer todo lo contrario. Para elaborar una vacuna contra un virus se utiliza el mismo virus. Hay que ver la vida frente al espejo: de un lado se está vivo y del otro se está viviendo.

El Cuerpo y el Alma

Nada sucede en nuestra vida sin que nuestro cuerpo se entere. Todo pertenece al cuerpo, el arte, el amor, el sexo, el hambre, la música y la danza… No es posible ninguna emoción sin el cuerpo. Aunque su destino final sea pudrirse, la carne humana es muy valiosa. Eso del alma es una mezquina jugada para desvalorizar el cuerpo. Suena a ciencia ficción, o mejor dicho, a ficción pura.

Los clavos deben hundirse en la carne para adquirir sentido en la historia. La religión ataca al cuerpo y los pecados que con él se cometen, pero ofrece a sus adeptos la sangre y el cuerpo de Dios, una vieja costumbre. Se pone énfasis en la otra vida y se le quita importancia a ésta. Hablan de la salvación del alma, pero el objetivo es quitarnos el cuerpo. El alma es una baba gelatinosa que no tiene orgasmos ni nada. Se la compra y se la vende con el verdadero propósito de adquirir los cuerpos. El alma no consume, a nadie le interesa.

La Realidad vs La Fantasía

Solo la realidad calma la angustia. No debemos rendirle pleitesía a nadie. Estamos realmente en el paraíso, la Tierra, nuestro hogar.

Si Dios existe y nos ha creado, entonces tendríamos certeza de existir y no sufriríamos de angustia. El universo sería un sistema que gira alrededor de Dios y el destino no sería incierto, sino que lo definiría Dios. Pero no es así, gracias a Dios. El hombre lo ha inventado para que haga lo que nosotros tenemos miedo de hacer…, existir.

Dios y la Naturaleza

Si el Dios cristiano es un ente fantástico fuera de la Naturaleza, es obvio que la Naturaleza no existe. Luce atributos que no son posibles en la Naturaleza. No participa en ningún ciclo y carece de sexo. La Naturaleza oscila constantemente en busca del equilibrio, nada perfecto puede haber en ella y no hay certeza absoluta de existir. Lo preferimos así, como siempre.

En cambio, si Dios está dentro de la Naturaleza entonces es parte de ella y sujeto a sus leyes y conductas. Un ente limitado. Padece angustia y no tiene certeza de ser Dios. Un ser de esas características, solitario, triste y desorientado, pero capaz de crear un mundo propio, puede llamarse Dios o puede llamarse hombre.

El Terrorismo Espiritual

Convencer a un niño, mediante el terror, de la existencia de Dios u otros seres fantásticos es una forma de terrorismo. Mutilarles los órganos genitales es otra. Luego nos quejamos de las cosas que hacen de adultos. Podemos hacer maldades, pero no recibirlas.

Es más razonable que Dios adore al hombre y le brinde pleitesía que todo lo opuesto. Después de todo le debe su existencia.

"Menos el hombre, todos son ateos. ¡De la que se han librado! ¿Cómo sería historia del hombre si en vez de oscurecer su espíritu con Dios, lo dejáramos volar en libertad…?"

La Censura del Cuerpo

Hay dos órganos humanos que han sido severamente censurados en la historia: el pubis depilado con el clítoris a la vista y el pene en erección. En las playas nudistas no está bien visto un pene erecto ni un pubis femenino depilado. Se permite la erección del clítoris mientras se oculte bajo el vello púbico. Es ridículo crear una moralidad opuesta a la realidad de los instintos civilizados. Mucho peor es obedecerla.

Estos órganos solo se los puede ver en exhibiciones pornográficas pese a que nuestra existencia depende de ellos. La presencia de uno supone la cercanía del otro. Si hay un pene erecto es obvio que una jugosa vagina anda dando vueltas.

Solo ante el clítoris debe uno ponerse de rodillas. La mujer explota como un Big Bang y mostrará al hombre un colorido universo de galaxias. Cada una tiene el suyo y no están descriptos en ningún libro.